jueves, 12 de abril de 2012

Epílogo:) Pero aún queda mucho!


Epílogo: Existe un futuro junto a ti
Flora abrió la caja delante del acantilado y lanzo una bengala, cinco minutos después un barco salía de la planta petrolífera que se veía a varios quilómetros de la costa. Emmy, Alice y Raquel buscaban a Allan por el bosque pero lo más seguro era que ya estuviera yendo hacia la siguiente llave. Aquella increíble experiencia nos había unido a los cinco y todos sabíamos que la pobreza, la orfandad de Flora y lo lejos que vivíamos los unos de los otros, no nos iban a separar. Cuando por fin estábamos todos en el acantilado esperando al barco, Alice rompió a llorar diciendo:
-Esto no quiero que se acabe. Sois las mejores personas que he conocido nunca y no quiero irme a mi casa y hacer que todo lo que hemos vivido estos días se quede en una experiencia más. Yo voy a buscar las llaves y me gustaría que me acompañaseis. Estais conmigo?
-¡Pues yo voy contigo!-Dijo Raquel soltando alguna que otra lágrima-.

-Mi vida no tendría sentido si dejo a estos dos niños solos. Yo también me apunto.-Dijo Emmy mirando con cara de ternura a Flora-.
-Pues yo voy, no quiero quedarme sola.-Dijo Flora abrazando a Emmy-.
Todos me miraron esperando a que dijese algo, no era nada para que me uniera al grupo, porque sabían que me uniría si o si. Yo bien sabía que era, así que cogí a Flora de la mano y la llevé hasta donde las demás no me veían.
No sabía que decir, así que le cogí las manos y ella acto seguido me besó. Sentí como si toda mi vida pasase por delante de mis ojos, toda la que pasé junto a ella. Cuando volví en mí, ella ya estaba a unos metros caminando hacia las demás. Me fui con ellas para dirigirnos a la barca en la que volvimos a Londres.
-Bien, ¿entonces como preparamos el siguiente viaje?-Dijo Raquel cuando bajó del autobús que no había llevado hasta la casa de Emmy-.
-Menos mal que pienso en todo-Dijo Emmy abriendo la mochila-, me he traído las hojas del profesor que había en la cueva y por casualidad en una de las páginas aparece un esquema de los lugares que debemos visitar. El siguiente el Siberia.-Añadió también cerrando la puerta de su casa-.
De aquella aventura surgieron muchas cosas, amor, amistad… Pero había muchas más que surgirían en los siguientes viajes. Ahora mirando a Siberia.

Capitulo 20!!!!! Tremendo ._.


Capitulo 20: El secreto del jardín de Andrómeda.
Abrimos la puerta, un grupo de fortachones vestidos de negro nos esperaban. La cerramos rápidamente y nos miramos los unos a los otros. Drebber suspiró, miró hacia abajo, sonrió y volvió a abrir la puerta. Todos nos alarmamos, no sabíamos lo que iba a hacer. Levantó la cabeza mientras que los otros se reían y corrió embistiéndolos. Todos salimos corriendo mientras que Drebber los apartaba para que no nos alcanzasen, sacrificando su libertad para garantizar la nuestra. Ya solo éramos cinco los que continuábamos el camino hacia nuestro hogar y un supuesto tesoro maya. Nos pasamos quince minutos escapando hasta que llegamos al fondo del pasillo. Una puerta de por lo menos tres metros de altura se alzaba ante nosotros. Nos bloqueamos al no saber cómo mover aquellos dos muros de madera. Al oír los pasos de nuestros perseguidores no lo pensamos dos veces y empujamos las puertas. Se abrieron poco a poco y nos fuimos colando uno a uno.
No nos dio tiempo a cerrarlas así que subimos por las escaleras de la torre a toda prisa. De repente Alice nos mandó parar:
-Quietos. Ya no se oyen los pasos.
-Es cierto, ¿Por qué habrán parado?-Dijo Flora-.
-Mejor dicho, ¿Por qué han empezado?-Respondió Raquel-.
-Eso no importa, ahora hay que llegar a lo más alto de la torre. ¿Qué hora es?-Pregunté-
-¡Vaya! Ya son las cinco de la mañana. Venga, Luke tiene razón, lo que importa es llegar para saber que hay ahí arriba. –Dijo Alice subiendo las escaleras-.
La estancia era idéntica a la de la primera torre en la que estuvimos. Solo que esta estaba mucho mejor iluminada. Mirando hacia arriba no se podía saber cuándo acabarían las escaleras. Llegando a los últimos tramos de escaleras Raquel dijo:
-¡Esperad! Cuando lleguemos ahí arriba solo un equipo se salvará, ¿Qué ocurrirá si llegamos dos grupos?
-No me lo había planteado, pero pase lo que vaya a pasar, será inevitable-Respondió Emmy-.
-Pues ¿A que esperamos para averiguarlo?-Dijo Alice agarrando el pomo de la puertecita más alta del castillo-.
Agarré a Flora de la mano temiéndome lo peor, la puerta se abrió descubriendo un pequeño habitáculo de pocos metros cuadrados en los que cabíamos todos, pero muy apretujados. Las paredes estaban llenas de apuntes, notas y operaciones matemáticas. Todas las hojas tenían de título “La vida eterna”. Por lo demás, el suelo estaba pintado con dibujos muy raros y esquemáticos, también había una caja de madera colgada del techo. De repente la puertecita por la que entramos se cerró y la voz empezó a sonar:
-Amigos ganadores, veo que habéis sido varios los equipos que habéis llegado hasta aquí. Me alegro. Habrá salvación para todos. Antes de nada, abrid la caja de madera.
Abrimos la caja y encontramos dos bengalas de socorro.
-Perfecto, salgamos de aquí. –Dijo Alice-
Intentó abrir la puerta pero esta se había quedado atrancada y ya no abría.
De nuevo, nuestro anfitrión dijo:
-En el techo tenéis un agujero tapado por una dura plancha de metal que no podéis mover, esa plancha desaparecerá para que podáis lanzar las bengalas cuando hayáis resuelto el enigma maya de la vida eterna y sus otros dos tesoros. Todos los papeles que hay delante de vosotros son mis investigaciones sobre el tema en cuestión. En el suelo está representado el pergamino maya que conduce al tesoro, esto es todo lo que tenéis para averiguar cómo llegar hasta él. Si no lo conseguís, no salís. Adelante.
Después de dejar de hablar, Emmy se llevó las manos a la cabeza y dijo:
-Ahora sí que se acabó. No hay nada que hacer.
-Venga, que no está todo perdido, podemos averiguar el secreto de la vida eterna. –Dijo Flora alegremente mientras que se apartaba del lugar que pisaba para ver la inscripciones-.
El pergamino se dividía en cuatro secciones. En una de ellas se encontraba una rosa, junto a una llave. En la siguiente una mujer con corona, junto a una llave prácticamente igual a la anterior. En el tercero un águila   con la llave. En la cuarta sección, más grande que las otras, se encontraba el dibujo de lo que parecía una cueva. En el interior de la cueva había una flor, igual que le primera que habíamos visto en el pergamino.
Alice miró a Emmy y le dijo:
-Emmy, ¿estás pensando lo mismo que yo?
-Creo que sí. ¡Tenemos la respuesta!-Gritó Emmy-.
Todos abrimos los ojos como platos y empezamos a preguntar, pero antes de que ella pudiera decir nada, la voz dijo:
-Increible, desde el primer momento supe que esta competición serviría. Os he estado preparando para esto. Los más fuertes que pudieran superar mis dos enigmas y la última prueba, serían los que sabrían resolver esto. Ahora dime, ¿donde se encuentra el tesoro?
-En la cueva que hay subiendo la montaña, debes escalar un poco llegando a la bifurcación. Ahora déjanos salir.-Dijo Emmy enfadada por haber sido utilizada-.
-Gracias. –Dijo nuestro secuestrador mientras que se abría la ventana del techo-.
-¿Entonces para que eran los enigmas?-Dijo Flora-.
-¿No lo has entendido? Los enigmas y los hombres de antes eran pruebas para comprobar que nosotros teníamos cualidades suficientes como para descubrir el misterio de la isla.-Le respondí decaído-.
-Pues yo no he sufrido tantos peligros para volver a casa con los mismos problemas que con los que llegué. ¡Quiero mi tesoro!-Insistió Flora abriendo la puerta y bajando las escaleras-.
Emmy y Raquel le siguieron mientras que Alice y yo recogíamos las bengalas para poder salir de la isla. En cuestión de media hora habíamos salido del castillo y ya corríamos siguiendo a Emmy hacia la salida de la cueva. Bajamos las escaleras de la cueva agarrándonos a Alice para no perdernos. Emmy apartó el cuerpo del hombre al que Alice mató en la cueva para que no lo viésemos. Esta vez nos guiábamos con la luz del teléfono de Raquel.
Encontré una de las hojas del diario del profesor en el suelo y empecé a leer después de que me explicaran lo que había ocurrido allí el día anterior. Seguimos el sonido de los pasos por el interior de la cueva hasta que nos encontramos con un callejón sin salida, alumbramos a la pared y vimos una flor que señalaba hacia la izquierda, así que decidimos ir hacia allí. Volvimos sobre nuestros pasos y encontramos otro callejón sin salida varios metros a la izquierda. Su flor también señalaba a la izquierda. Así seguimos buscando hasta que en uno de los últimos callejones vimos a alguien, le alumbramos y él se tapó la cara y se metió en la sala que tenía delante y de la que provenía una luz azulada. Le seguimos hasta que le pudimos ver bajo una gran cúpula de cristal translucido acariciando la hierba del campo que había allí. Sobre el crecían flores de todo tipo. Azules, amarillas, rojas, blancas y al fondo una flor artificial de oro, que mediría unos quince centímetros más o menos. El hombre que buscaba algo en el suelo llevaba un elegante traje rojo con una pajarita negra, tenía el pelo negro como la noche pero las puntas de un azul oscuro que le daban un toque de locura a su perfil. Su rostro era pálido y sus ojos verdes. Llevaba zapatos blancos que se estaban manchando al restregarse con la hierba. Se giró hacia nosotros y dijo:
-Hola, veo que también habéis conseguido llegar hasta aquí, aunque demasiado tarde para coger la rosa de la vida eterna. La primera de las llaves para conseguir el gran tesoro maya. Me presentaré, soy Allan Droi, historiador y catedrático suspendido desde hace dos años. Justo lo que llevo investigando esto.
Tras esto comenzó a escalar la pared de rocas hacia una claraboya que había en el techo. Alice agarró una piedra con la intención de repetir lo que había ocurrido en esa misma cueva el día anterior, pero Emmy le cogió de la mano y le hizo soltar la piedra. Acto seguido corrió a la pared y escaló agarrando el pie de Allan para que bajase, Raquel, Alice y Flora le acompañaron. Yo me quedé pensando y salí de la cueva rápidamente. Mientras que ellas le intentaban detener sin éxito yo me situaba sobre la claraboya. En unos segundos se abrió y pude ver la cara de Allan, que pasó de ser un signo de victoria a uno de fracaso. Le empujé hacia abajo para que callera. Cuando se recuperó de la caída vio la llave en manos de Flora, que la agitaba delante de él, así que abandonó la cueva porque ya no podía hacer nada más. Cuando se iba dijo:
-Esta llave es vuestra, pero os juro que la siguiente la conseguiré yo.
Tras semejante victoria nos abrazamos y miramos al exterior, donde ya había amanecido. Ahora tocaba salir de allí.

miércoles, 11 de abril de 2012

Capitulo 19! Largoooo!


Capitulo 19: Más invitados.
En seguida Stangerson y su hijo se colaron por la trampilla diciendo:
-Ha dicho que no siempre hay que ir hacia delante, así que habrá que bajar por esta trampilla ya que venimos de abajo. Hasta luego.
-No creo que sea tan fácil –Dijo Helen con tono de asco-.
-Emmy, antes había dos puertas, ¿No? -Le dije-.
-Sí. Pero la única salida que está abierta es la trampilla.
-No lo creo –Respondió Raquel abriendo la puerta por la que habíamos venido- .La puerta del candado también está abierta.
Drebber, Helen y Raquel se nos adelantaron para subir. Pero enseguida estábamos ya todos empujándonos por llegar a la parte más alta antes que los demás. La estructura de esa torre era idéntica a la de la anterior, pero esta no tenía nada de musgo, todo estaba impecable. Las paredes estaban pintadas de banco y había una gran lámpara en el techo. Las escaleras eran de madera y había cuadros en las paredes. Al llegar a la parte más alta nos encontramos una gran puerta de madera de roble, oscura y dura. Al abrirla encontramos un largo corredor con muchas curvas y puertas a los lados. Estaba iluminado por antorchas, aunque por lo demás era muy elegante. Cuando pasamos todos, la voz comenzó a sonar:
-Descansad, tenéis a través de cada puerta una habitación para que durmáis a gusto antes del gran día. No quiero presionaros, pero solo un equipo saldrá de la isla y tendrá la oportunidad de encontrar el tesoro de Andrómeda.
Entramos cada uno en una habitación. Estaban pintadas de color dorado y todas estaban amuebladas de forma diferente. La mía tenía una cama muy grande, enfrente de ella había un escritorio de madera clara. Al fondo, un balcón tapado por cortinas casi transparentes. Flora entró en mi habitación junto con Raquel.
-Emmy y Alice han ido a mirar que hay al fondo del pasillo y nosotras te estábamos buscando. Ya es tarde y hay un salón con comida. ¿Quieres venir? –Preguntó Flora-.
-No, id vosotras, yo voy a dormir un poco.
-Vale. Si vienen Emmy y Alice diles donde estamos.-Dijo Raquel cerrando la puerta de mi habitación-.
Pasaron las horas, Emmy y Alice no volvían y yo me terminé quedando dormido. Cuando llegó la media noche me desperté hambriento, así que me dirigí al salón donde habían comido. Allí la chimenea seguía encendida y aún quedaba algo de comer en los platos, cuando lo terminé salí al pasillo y escuche como mucha gente corría hacia donde estaba yo. Emmy y Alice pasaron corriendo delante de mí diciendo:
-Luke, escóndete en una habitación y cierra la puerta.
Tras esto la puerta de la habitación de Emmy se cerró con ellas dos dentro y unas veinte personas se abalanzaron sobre mí. Me aparté esquivándolos y corrí por el pasillo hacia mi habitación. Antes de llegar otro grupo de personas vestidas de la misma forma aparecieron por el otro lado del pasillo, acorralado me escondí en la única habitación que no implicaba cruzarme con ellos. Abrí la puerta de la habitación, cerré el pestillo y me di la vuelta. Flora dormía plácidamente sobre la cama de la habitación, me dirigí hacia ella y la desperté. Abrió los ojos poco a poco y me preguntó que ocurría. Estábamos a solas, pensé que sería el mejor momento para decirle lo que siento por ella. Pero no podía ocultarle que había un montón d gente desconocida intentando entrar en la habitación, seguramente para matarnos, pues la reacción que tuvieron al verme en el pasillo no fue muy buena. Así que le dije lo que estaba pasando:
-Flora, coge tus cosas y vámonos, hay un grupo de personas en la puerta que quieren matarnos, o por lo menos hacernos daño.
-¿Por qué? ¿Qué pasa con Emmy, Alice y Raquel?-Respondió alterada-.
-No sé. Por ahora sal al balcón, veremos si se puede saltar.
-¿Estás loco? ¿Cómo vamos a saltar? Estamos a demasiada altura.
-Pues saltaremos al balcón de al lado, así hasta que estemos lo suficientemente alejados como para salir de la habitación y seguir adelante por el pasillo.-Dije levantándola de la cama agarrada de mi mano-.

Salimos al balcón y miramos a los lados. A la derecha estaban Alice y Emmy. Que se dirigían hacia aquísaltando los balcones casi de dos en dos. Raquel, Helen y Drebber se encontraban en los balcones de la izquierda, ellos en cambio no se movían de donde estaban. En poco tiempo Alice y Emmy habían llegado a donde estábamos, la puerta de la habitación de Flora se abrió de una patada y entraron corriendo hacia nosotros. Pero para cuando llegaron, ya estábamos en la habitación de Raquel. Drebber nos imitó saltando los balcones, pero Helen no se atrevía, se escondió dentro de su habitación y la acabaron encontrando. Se la llevaron a otra habitación mientras que gritaba. Los seis que quedábamos nos reunimos en la última habitación con balcón para decir como saldríamos.
A las dos de la mañana ya habíamos decidido el plan, caminaríamos todos juntos por el pasillo sin hacer ruido hasta que llegásemos al fondo, allí decidiríamos que hacer dependiendo de cómo fuese el final de aquel lúgubre lugar. De encontrarnos a esas personas tan misteriosas como muchas otras cosas de la isla, correríamos hasta la siguiente habitación. Estaba todo claro como el agua. Solo faltaba que todo saliera bien.

Capitulo 18.


Capítulo 18: El castillo.
La puerta del castillo empezó a chirriar y sus dos puertas, poco a poco, se fueron separando la una de la otra hasta que pudimos pasar por el medio. Entramos en una sala ovalada en la que casi todo el espacio lo ocupaba una alta escalera de caracol. Las paredes eran de piedra, aunque difícilmente se distinguía debajo de tanto musgo.
Subimos por las escaleras hasta llegar a la segunda planta donde había una sala idéntica a la anterior pero con dos ventanas señalando al norte y al sur. Flora se asomó a una de ellas y pudo ver como Drebber y Helen ya habían conseguido llegar hasta la torre que se encontraba junto a la nuestra. Las cuatro torres del castillo se encontraban separadas de él pero unidas por cuatro largos corredores muy estrechos. Alice siguió subiendo las escaleras para llegar a la entrada de los corredores que conectaban al majestuoso castillo con ellos. Raquel y Flora le siguieron, pero Emmy y yo esperamos un poco más para poder ver la temprana puesta de sol. Después de unos segundos Emmy dijo:
-Tú quieres a Flora. ¿No?
-Es mi amiga, claro que la quiero. –Respondí haciendo que no veía por donde iban los tiros-.
-No me refiero a eso, antes cuando la salvamos te abrazó y tu no la quisiste soltar.
-Eso no quiere decir nada. Ella lo acababa de pasar muy mal. Si se cae, muere.
-Entiendo… Es mejor que dejemos este tema para cuando no estemos en una situación tan extraña.-Respondió suspirando-.
-¿A qué te refieres con “Una situación tan extraña”?
-Luke, estamos en una isla misteriosa en la que una persona aún más misteriosa nos propone enigmas para encontrar un tesoro y volver a casa. Si eso no te parece misterioso…
Emmy tenía razón, nosotros tres no éramos más que un niño pequeño una huérfana y una estudiante. No somos tan importantes como parece y aún así, aquí estamos. Siendo los elegidos para extraño juego. Solo nos quedaba resolver esto y volver a casa para seguir con nuestras aburridas vidas. Cada uno con la suya.
Continuando por l corredor llegamos a un lugar en el que se encontraban dos puertas, una de ellas tenía un candado enorme, así que escogimos la otra.
Alcanzamos a los demás en poco tiempo, llegamos al centro del castillo y nos reunimos con Drebber, Helen y Stangerson. El centro estaba cubierto por una gran cúpula de cristal, el suelo era de mármol y las paredes de granito. Había una trampilla de madera en el suelo de la sala.
Se escucharon unos pasos en el corredor, así que Emmy y Alice fueron a ver quien estaba allí, pero la puerta estaba cerrada. Excepto por la trampilla de madera, estábamos incomunicados. De nuevo, para sorpresa de todos, la voz volvió a sonar:
-Amigos, veo que habéis conseguido llegar a mi castillo. No voy a irme por las ramas así que os contaré un poco como podéis llegar a lo alto del castillo y encontrar el tesoro. Os presento el enigma número dos.
Las puertas se volvieron a abrir.
-Debéis llegar a lo alto del castillo para descubrir el tesoro y la forma de volver a casa. Para llegar a lo más alto, no siempre hace falta seguir adelante.

Capitulo 17


Capitulo 17: Ya no hay peligro, creo.
Flora, Raquel y yo caminamos subiendo la montaña hasta llegar a un cruce en el que nos encontramos de nuevo a Drebber, Stangerson y Helen. Stangerson y su hijo comían algo que habían guardado del día anterior y Helen se abanicaba con una hoja que había cogido de una palmera. Nos sentamos con Drebber y le dimos algo de comer. A los pocos minutos Helen y Drebber continuaron su camino, mientras que Stangerson seguía recuperando fuerzas y esperando a que las recuperase la pequeña criatura que le acompañaba. Stangerson no iba muy elegante, vestía una camisa de cuadros y una chaqueta azul oscuro. Su hijo tenía aproximadamente diez años, tenía el pelo no muy corto, lacio y claro.
Flora se colocó al borde de la montaña con la mirada clavada en el mar, se dio la vuelta para hablarnos y con el movimiento la tierra sobre la que apoyaba sus pies se desplomo dejándola caer al abismo. Corrimos hacia ella y le sujetamos la mano con la que se agarraba a un bloque de tierra. Raquel y Stangerson me ayudaron y entre los tres conseguimos levantarla. Al subir se abrazó a mí, tardó por lo menos un par de minutos en soltarme. Cuando lo hizo me miró a los ojos y me dio las gracias.
Continuamos caminando hacia el castillo dejando a Stangerson y compañía detrás. Tardamos por lo menos una hora en llegar a lo alto de la montaña pero lo conseguimos. Al llegar nos encontramos a Alice y Emmy, que nos contaron lo que había pasado.
Las páginas del diario del profesor estaban en la cueva, pero no había forma de conseguirlas y no perderse. Así que acompañados de ellas caminamos hacia la torre más cercana del castillo y abrimos la puerta…

CapituloNº 16 !


Capitulo 16: Nuestro extraño perseguidor, atrapado.
Nos adentramos en la cueva, tanto, que dejamos de ver la luz del sol y nos empezaba a costar respirar profundamente. Caminamos durante minutos, o quizás horas. En varios momentos tuvimos que dar media vuelta por encontrarnos en un callejón sin salida. Valiéndonos solamente de la luz que producía el móvil de Alice, cuya batería era escasa. Me senté sobre una roca y saqué de la mochila de Flora, una de las pocas que no deje en el exterior al ponerme a escalar, un bocadillo que compartí con Alice. No comíamos desde ayer. Mientras descansábamos llegué a la conclusión de que la persona que nos seguía, lo hacía por algo más que por el hecho de eliminarnos de la competición. Pero, ¿Qué teníamos nosotros que hiciera que nos quisiera matar?
¿Por qué no a otro?
-¿Qué es eso? –Preguntó Alice-.
-Parece una hoja de papel, voy a ver qué dice. –Tras esto comencé a leerla-. Es parte del diario del profesor. Habla de sus expediciones y de sus descubrimientos.
-Entonces, esa persona, sabe quiénes sois.
-No solo eso. Sabe nuestro pasado, lo que el profesor sabía de nosotros.
-Vaya, hay mas hojas. Sigamos el rastro, a lo mejor la persona que nos sigue también ha dado con un callejón sin salida, así le atraparemos.-Dijo Alice-.
Después de esto seguimos andando hasta llegar a un espacioso habitáculo que al fondo tenía unas escaleras de piedra que llegaban al exterior. Una sombra apareció junto a las escaleras y empezó a subir, Alice agarró una piedra y se la lanzó dándole en la cabeza.
-¡Alice!-Grité viendo como el cuerpo de nuestro perseguidor se desplomaba escaleras abajo-.
-¿Qué? Si no lo hacía yo, lo haría el tarde o temprano.
Nos acercamos al cuerpo y le comenzamos a hacer preguntas.
-Dinos, ¿Qué sabes de nosotras?, ¿Por qué quieres matarnos? y ¿Por qué tienes esos papeles? –Le dije en cuanto abrió los ojos-.
-No sé nada de vosotras, solo que sabéis como ganar. No quiero mataros, solo que abandonéis la competición y esos papeles los encontré en el bosque antes de entrar a la cueva del enigma.
-Te equivocas, no sabemos cómo ganar, ni hemos leído esos papeles.
-Pues deberíais leerlos, tienen la respuesta a muchas preguntas que propone esta misteriosa isla… -Con esto dio su último aliento y falleció sobre los brazos de Alice-.
La batería del móvil de Alice se había acabado y no podíamos volver a adentrarnos en la cueva para coger los papeles.

Capitulo 15


Capitulo 15: Escalando la montaña
A la mañana siguiente casi toda la casa era ya cenizas, Flora y Raquel se despertaron, y seguida de ellas, Emmy.
Flora se quedó mirando los restos de la casa y en un momento determinado dijo:
-Drebber…
-¿Quien es Drebber?, Flora –Dijo Emmy-.
-Drebber era el montañero. Y el también estaba durmiendo en la casa…
Emmy echó otro vistazo a la casa y entró en ella corriendo, abrió la puerta del dormitorio del fondo y sacó el cuerpo de Drebber, el montañero. En ese momento me desperté yo y vi como el cuerpo de aquel hombre era examinado por las chicas. Después de eso se levantó sin problema y miro a la gente.
-Buenos días, ¿Qué ha pasado aquí?-Dijo el montañero con los ojos entrecerrados-.
-Alguien ha quemado la casa mientras dormíais, suerte que el fuego no llegó a quemar todas las habitaciones-Aclaró Raquel-.
Tras esto se levanto y se fue, despidiéndose, hacia la montaña. Nosotros fuimos siguiéndole, pero al poco tiempo de empezar le perdimos.
La montaña era verdaderamente alta, pero subimos los primeros cincuenta metros sin problemas. Emmy y Alice llevaban un buen ritmo, mientras que nosotros tres jadeábamos por el cansancio. Emmy cargaba las mochilas de todos y aun así iba la mar de bien. Alice saltaba cada roca, tronco o arbusto que se interpusiera en su camino. La tierra estaba muy seca, los árboles no tenían los nutrientes del agua necesarios para vivir y muchos habían muerto pero seguían en pie por sus raíces.
De repente sonó un estruendo tremendo y una roca descendió por nuestro lado, cayendo a pocos centímetros de Flora. Emmy y Alice escalaron hacia el lugar de donde procedía la roca esperando encontrar a la persona que llevaba días intentando matarles. Cuando llegaron a la parte más alta del camino encontraron una persona que corría de espaldas a ellas hacia una cueva. Alice entró corriendo, pero Emmy se quedo fuera un segundo y nos gritó.
-Chicos, Alice y yo vamos a entrar en la cueva, vosotros seguid subiendo la montaña. Os llamaremos cuando cojamos a la persona que nos lleva siguiendo este tiempo.
Con esto ella también se adentró en la cueva a perseguirle.